miércoles, 20 de marzo de 2013
1 de marzo de 2013
11:29
Las familias que viven en el sector rural de El Hatillo
tienen que hacer trasbordo para llegar a sus casas. Después de pasar la trocha,
deben caminar un tramo para tomar un autobús
ANGÉLICA LUGO
14 DE ENERO 2013 -
06:17 AM
La rutina de Penélope León cambió hace cinco meses. Cocinar
a tiempo y lavar la ropa con frecuencia pasaron a un segundo plano. Desde que
colapsó la vía de Turgua –el sector popular de El Hatillo– la prioridad en las
actividades de la mujer es encontrar agua, comprar gas y evitar que la basura
se acumule en su hogar y en las adyacencias de la comunidad.
La zozobra de León la viven aproximadamente 5.000 familias
que habitan en Turgua. La agonía comenzó el 24 de agosto a las 11:00 pm, cuando
se derrumbó la vía que comunica la zona con algunos sectores de El Hatillo y
Baruta. Luego de que el Gobierno comenzara trabajos en el área, el 14 de
diciembre el problema se agudizó. Las fallas geológicas que originan los movimientos
de tierra en la zona hicieron que un talud de 170 metros de alto y de 100
metros de ancho, aproximadamente, cediera e incomunicara por completo a la
comunidad.
En la casa de la
mujer, que es miembro del Consejo Comunal Colinas de Bosque Fresco, viven 7
personas. Para cocinar, limpiar la vivienda y cumplir con el aseo personal, el
grupo familiar utiliza varias estrategias: comprar 1.100 litros de agua por 250
bolívares, viajar hasta la trocha para llenar algunos pipotes y, en ocasiones,
negociar con algunos vecinos que buscan el líquido en algunos manantiales y
quebradas adyacentes.
“El agua dura sólo ocho días porque, entre otras cosas,
tengo que atender a mi bebé que tiene un año. Afrontamos carencias de agua, de
gas y de alimentos porque las bodegas no se han abastecido y los otros
comercios cobran sobreprecio; además, el aseo no ha podido venir con
regularidad. En medio de todo este caos le doy gracias a Dios de lo que nos
pasa porque antes nadie sabía que Turgua existía, y desde hace cinco meses nos
conocen y se preocupan por nosotros”, expresó León.
La Navidad y el Año Nuevo en Turgua no fueron iguales a los
de años anteriores. Los residentes evitaron utilizar la nueva trocha, pues, tal
y como les advirtieron los ingenieros encargados de la obra, quienes se
atrevieran a pasar a pie o en vehículo por la vía de tierra lo harían a su
propio riesgo. De hecho, quienes no cuentan con carro hacen trasbordo para
llegar a sus casas. El transporte público los deja antes del canal improvisado
y, posteriormente, caminan un largo tramo para tomar otro bus que los lleve a
su destino.
El clamor de los consultados es el mismo: presencia de las
autoridades y más patrullaje policial. A diferencia de otras poblaciones,
sienten que no son tomados en cuenta. “En La Boyera arreglaron la vía rápido y
nosotros seguimos pisando charcos porque nos ven como indios”, expresó Roxiany
León, encargada de una bodega de Turgua.
51 grupos familiares
han quedado damnificados en Turgua desde agosto de 2012. El Gobierno alojó en
refugios al último grupo de 15 familias afectadas, luego de que sus casas
colapsaran el 14 de diciembre en la madrugada
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1 comentario:
y...SIGUEN MOVIENDO TIERRA CON MAQUINITAS,VALE DECIR MOVIENDO LA TIERRA CON CUCHARA...Y LA GENTE DE TURGUA...QUE SE JODA? TOTAL QUE LES IMPORTA A ELLOS SI ESTAN GANANDO DIA A DIA POR MANGUEREAR.
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