CUENTO DE AURORA ROUBIK
domingo, 2 de enero de 2011
¡ ADIOS AÑO VIEJO ! ¡ HOLA AÑO NUEVO !
Cuando nuestro viejo reloj cucú colocado estratégicamente en la pared central de nuestra vieja galería, dio las 12 campanadas acompañado del característico piar de la pareja de pajaritos que alegremente aparecían cada vez que las ventanitas ya cansadas de tanto abrir y cerrar sus postigos para anunciar cada nueva hora del transcurso del interminable tiempo y los abrazos de quienes compartíamos la típica cena de fin de año con las animosas carreras con maletas llenas, las manos de muchos apretando fuertemente un billete de la más alta denominación que su economía les permitía ostentar, mientras que las más pequeñas se llevaban las manitos a sus cinturas como corroborando la existencia de sus pantaletas amarillas y sus hermanitos trepaban temerariamente a una silla en espera de no sé que y el rodar de las fuentes con lentejas y uvas para la buena suerte llenando platitos que nos han acompañado con sus figuritas verdes y rojas por muchos años y el ensordecedor ruido de toda clase de fuegos artificiales iluminando el adornado cielo con su tapete de estrellitas, me hizo sentir algo de nostalgia por los 365 dias que dejamos pasar haciendo muchas cosas, pero dejando de hacer tantas otras que seguramente hubieran podido mejorar un poquito los alrededores en que me muevo.
Disimuladamente sequé algunas lágrimas que brotaron de mis ojos por esa causa. No fui lo suficientemente discreta porque mi nieta menor se acercó presurosa a preguntarme que me pasaba. Ya más repuesta le explique qué nada que en estos momentos pudiera remediar, lloro le expliqué, por todo lo que no fui capaz de hacer en el año que terminó.
Con aquella sabiduría infantil que la mayoría de las veces resulta inmejorable, me dijo muy segura y tranquila:
“Seguramente empezaste muy tarde” y se fue corriendo a buscar un trozo de torta negra que en ese momento servían.
Mentalmente acusé recibo de la lección y no pienso desaprovecharla, por lo que estoy empezando ahora, no quiero dejarlo para más tarde, mi primera “cosa hecha” es invitarte a hacer mucho este año y a empezar ya.
Un gran abrazo para todos y que la maravilla de todo lo mejor inunde vuestros hogares al igual que el mío.
Aurora.
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