EL ZORRO PROTECTOR

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domingo, 5 de junio de 2011

UN NIÑO DE 5 AÑOS CULTIVA SU PROPIO HUERTO FAMILIAR


TEGUCIGALPA.- La variedad de hortalizas, verduras y plantas medicinales que brotan en el huerto de la familia Casán, provoca admiración entre amigos y vecinos, pero la sorpresa es inmensa, al saber que fue cultivado por un niño de apenas cinco años.




“Nico” aprovecha las mañanas para limpiar con delicadeza sus plantíos.

Monitor Económico descubrió al pequeño Nicolás Muñoz Casán, concentrado entre tupidas plantas de tomate, chile, rábanos, cebollinas y enredaderas de zapallos, en un reducido espacio de dos metros, en el porch de su casa en la colonia 15 de Septiembre, en Comayagüela.

El chiquitín de mirada vivaz, conocido cariñosamente como “Nico”, sueña con ser piloto, por ahora se esmera en sus clases de kínder y cuidar el huerto, como un padre cuida a sus retoños.

“Me gusta comer cuando están maduros”, dijo Nicolás con un desborde de gracia, mientras depositaba una semilla de culantro en un vivero elaborado con cartones de huevo.

Tiene al alcance todo lo que necesita, desde su propio orín, mezclado con ceniza y agua que a los 21 días, funciona como poderoso fertilizante, hasta maceteras hechas con botellas y llantas.

Su madre, Tania Casán, recordó que hace tres meses llegaron a la colonia 15 de Septiembre, representantes de la VII Regiduría, encabezados por Boris Espinal, a enseñar un nuevo método sobre huertos familiares.

En las charlas estaban presentes jóvenes y adultos, pero lo asombroso es que sólo “Nico” sacó provecho de las enseñanzas pese que todavía no sabe leer ni escribir.

Su mayor entusiasmo es llevar el fruto maduro a la cocina de su madre.

“Pasaron los días y nos olvidamos del tema, hasta que vimos a ‘Nico’ cultivando plantitas con semillas que regalaron en las exposiciones”.

Fue así que su madre contribuyó a mejorar la actividad, posteriormente se unieron todos los miembros de la familia. “Buscamos lo necesario: Cartones de huevo y tierra, y en menos de tres meses el huerto dio los primeros frutos”.

Muchas semillas se consiguen en la cocina, en tierra normal depositan cáscaras y chingaste, que con el proceso de descomposición se convierte en potentes aboneras.

Un mazo de culantro que se cotiza en cinco lempiras en los mercados, se halla por doquier en el pequeño patio de la familia Casán, al igual que chiles, valorados en tres lempiras cada uno.

En sus comidas diarias, la familia Casán utiliza cebollina, en vez de cebolla, cuyo mazo cuesta entre seis y diez lempiras, además del ajo que se adquiere a 30 lempiras las cinco cabezas.

Autoridades municipales a través de la VII Regiduría han capacitado a jefas de familia con ese proyecto y las equipan con llantas usadas, botes plásticos y semillas para cultivar hortalizas, frutas y verduras usadas en la cocina.

Los elementos para el poderoso fertilizante, como los eficientes viveros, se adquieren con facilidad.

“Pretendemos mejorar la escala de nutrición de las familias capitalinas, se beneficiarán cientos de familias de escasos recursos económicos”, señaló Doris Gutiérrez, regidora de la Alcaldía del Municipio del Distrito Central.

El objetivo del proyecto es incorporar a las familias de barrios y colonias en la formación de pequeñas unidades productivas.

Los huertos y granjas familiares en otros países funcionan como sistemas integrados de producción, que combinan funciones físicas, económicas y sociales, están localizados generalmente en un área cercana a la vivienda de la familia.

Una de las funciones físicas es el almacenamiento, lavado y secado de los alimentos y entre las económicas están las actividades productivas, como el huerto mixto, que incluye alimentos, árboles frutales, forraje, condimentos, plantas medicinales.

En áreas grandes sirven de cría de aves, conejos y otros animales menores. Entre las funciones sociales incluyen un espacio para reuniones, juegos de niños y otras actividades importantes de la familia.

Los huertos y granjas familiares producen una variedad de alimentos complementarios como vegetales, frutas, hortalizas, animales dirigidos tanto al consumo familiar como a su comercialización.

La venta de los excedentes de los alimentos y otros productos del huerto y granja ayudan a mejorar los ingresos de la familia.

Por: Wilfredo Hernández
Fotos de Mario Fajardo
http://www.latribunahm/ (06.4.2011)